por JcScG
Al menos desde el siglo XIX la industria se consolidò como el motor del desarrollo urbano(1), dando lugar a la correlaciòn entre indsutrializaciòn y urbanizaciòn, sobre todo en Europa y los Estados Unidos. De hecho, el enorme desarrollo urbano e industrial que han experimentado China y la India en làs ùltimas dècadas parece confirmar la vigencia de dicha relaciòn. Independiente de la forma que asuma y el caràcter que presente, es posible vinular los principales ciclos de la economìa a las mayor parte de las màs grandes transformaciones sufridas por las ciudades occidentales, y no sòlo por ellas. Incluso cuando estas relaciones no son lineales, ni mecànicas y sus efectos parezcan contradictorios.
En la pràctica, las tranformaciones urbanas suelen materializarse con retraso respecto de los cambios econòmicos y se llevan a cabo de modo desigual (Harloe, 1996). Esto ùltimo, a pesar que en momentos de mucho dinamismo econòmico y de expasiòn urbana (como la experimentada por las urbes chinas), esta afrmaciòn sea puesta en entredicho, pues da la impresiòn que la ciudad cabia dìa tras dìa y en menos de un lustro ya ha mutado completamente. Por ejemplo, en la Londres victoriana (Amendola, 2006), la Paris hausmanniana (Benevolo, 1996) o las ciudades asiàticas en los años '90s y 2000 (Piccinato 2002).
Pero la realidad social es mucho màs compleja de lo que el entusiasmo urbanizador podrìa suponer, pues màs allà de los cambios visibes - demoliciones, nuevas construcciones, expansiones o proyectos urbanos màs o menos ambiciosos -, muchos de los efectos de los fenòmenos econòmicos, polìticos y sociales en acto, no se reflejan inmediatamente en la forma fìsica de la ciudad.
La ciudad no es fruto sòlo de los procesos contemporàneos, por el contrario, las nuevas configuraciones espaciales se deben en mayor medida a la interacciòn entre lo nuevo y lo viejo (Vicari Haddok, 2004). Lo que permanece y lo que va emergiendo, o bien, el fruto de la tensiòn creada por la coexistencia entre distintas temporalidades culturales en el mismo espacio construido (2). He aquì la importancia de analizar los procesos econòmicos, los cambios polìticos, las evoluciones sociales y las transformaciones culturales, y ratrear sus efectos en las ciudades actuales (Vicari Haddok, 2004).
El riesgo que se corre analizando sòlo afectos coyunturales - visibles -, es que muchos otros efectos se hagan sòlo visibles cuando ya es demasiado tarde, y no de adoptaron las medidas adecuadas en el momento oportuno (un ejemplo paradigmàtico, en este sentido, es la contaminaciòn ambiental y los problemas de tràfico en Santiago de Chile). Al respecto, es importante considerar que una de las caracterìstias de zonas y las ciudades "estancadas", es que muchas transformaciones no son visibles a corto plazo, y a largo plazo se expresan como degradaciòn urbana (Eckardt, 2005).
En sìntesis, independiente de la forma que asuma, la velocidad en que se manifieste y los efectos que traigan consigo, resulta claro que las transformaciones econòmicas (ciclos y crisis) impactan en las ciudades, y que en un contexto internacional de gran interdependencia, muchas de ellas se vuelven màs vulnerables.
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Notas:
(1) Por ejemplo, con Max Weber (en Economìa y Sociedad, 1922) y Henri Pirenne (en Medieval Cities: Their origins and the revival of trade, 1925), resulta claro que el crecimiento urbano en Europa es consecuencia de las transformaciones econòmicas y sociales tardo-medievales que estàn en el origen del capitalismo y son la condiciòn que hizo posible el desarrollo posterior de la economìa capitalista a escala planetaria.
(2)