02-08-2010

Apuntes n°1 (sobre la naturaleza de la ciudad)

Por JcScG
La naturaleza de las ciudades

Se tiende a pensar a las ciudades contemporáneas como si fuesen el medio ambiente natural de las sociedades modernas, fruto de la evolución cultural de los seres humanos. Es decir, como un continuo inevitable y espontáneo. Según ciertos teóricos de principios del siglo XX, la ciudad constituía "el hábitat del hombre civilizado", el cual básicamente representaría un "área cultural", un espacio fruto de la naturaleza humana que permitiría el desarrollo de la sociedad y la "civilización" del ser humano, en palabras de Robert Park.

Sin embargo, los últimos 40 años han mostrado que si bien existe una fuerte relación entre las transformaciones económicas, las políticas que influencian y los efectos territoriales que generan, permitiendo vincular los ciclos económicos a algunas de las grandes transformaciones sufridas por las ciudades desde el siglo XIX, esta relación no es de tipo evolutivo. Muy por el contrario, dichos vínculos no son lineales ni mecánicos, sino asincrónicos y sus resultados muchas veces contradictorios e involutivos.

Desde una visión "mecanicista", en tanto metáfora de la evolución cultural1, la ciudad tendía a representar lo moderno, el sitio donde se desarrollaba la vanguardia de la humanidad, se implementaban los adelantos tecnológicos y donde las sociedades podían modelarse así mismas2 . Sin embargo, desde los años 60s, a raíz del agotamiento de los modelos de planificación keyneasiana, en especial con la crisis de las ciudades industriales, el optimismo de estas visiones fue dando lugar a posiciones "anti urbanas" en el mundo desarrollado. Posiciones que fueron progresivamente "contaminando" el débate con respecto a las ciudades en América Latina, al hacerse evidentes los efectos de la "crisis urbana" en la mayor parte de las capitales y metrópolis latinoamericanas en los años 80s.

Así dadas las cosas, no cabe más posibilidad que concebir históricamente la ciudad como un hecho artificial, surgido en un momento determinado, de acuerdo a ciertas condiciones que la hicieron posible y necesaria; y no como un indicador de evolución cultural. De hecho, su desarrollo histórico, social y morfológico, responde a situaciones históricas específicas, a contextos económicos determinados y no representa, necesariamente, la “naturaleza” de la evolución cultural de la sociedad.

2010

Notas:

1 De acuerdo a la visión desarrollada por Spengler a comienzos del siglo XX, la ciudad es un producto cultural que a su vez posee una cultura propia, en palabras suyas: ''lo que la casa es para el campesino, la ciudad lo es para el hombre civilizado” (Spengler, 1998)

2 Señalaba Robert Park, que mientras las ciudades antiguas eran en primer lugar una fortaleza, un refugio en tiempo de guerra; las ciudades modernas, al contrario, son en primer lugar centros comerciales y deben su existencia al mercado en torno al cual surgieron.


Imagen:

Pintura de Tullio Crali (1939) “Incuneandosi nell’abitato (In tuffo sulla città)"


Referencias:

Park, Robert E. ed alt. (1999), “La città”, Edizioni di comunità, Turín

Spengler, Oswald, (1998), “La decadencia de Occidente: Bosquejo de una morfología de la historia

universal”, Espasa Calpe, Madrid.


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