por JcScG
Bélgica es un país extraño. Naciendo como una pequeña agregación de quienes no quisieron ser gobernados por holandeses ni franceses, los belgas hoy en día se encuentran en la disyuntiva de ver disuelto su país. Dada la presión del pujante, rico y activo norte flamenco (neerlandés), frente al deprimido, más pobre y poco eficiente sur valón (franco-parlante). Dejando al país sin gobierno desde hace 8 meses, en un extraño inmovilismo digno de ser estudiado.
Paradojas de la historia, el peso económico histórico de industrializar y desarrollar al país le correspondió al sur. Desde el siglo XIX la zona se caracterizó por la presencia de explotaciones minerales de hierro y carbón, que al igual que sus vecinos alemanes del Ruhr, alimentaron a buena parte de la industria europeo-occidental durante casi todo el siglo XX. En los tiempos de la gran industria florecieron ciudades, se crearon grandes sindicatos, mejoraron las condiciones de vida y recibiendo una abundante inmigración desde sus agrícolas, artesanos y comerciates vecinos del norte flamenco. Entonces, a pocos flamencos se les habría ocurrido la locura de separarse de Bélgica.
Una de dichas ciudades es Charleroi, fundada en 1666 en honor al rey Carlos II de España (de ahí su nombre), pasó su primer siglo y medio bajo control español, francés, austríaco y holandés, hasta que en 1830 se decreta la creación de Bélgica. Luego de su "independencia" se subió rápidamente al carro de la revolución industrial, siendo la ciudad más importante del denominado Pays Noir, la zona carbonífera y siderúrgica de Bélgica, atrayendo población de toda Europa y expandiéndose explosivamente.
Luego de más de un siglo de toda clase de avatares, entre grandes conflictos laborales, huelgas legendarias, un par de guerras mundiales y una gran contaminación ambiental, la ciudad se enfrentó a fines de los años 60s con la crisis del fordismo, el fin del crecimiento continuo y en los 70s con la crisis del petróleo y del acero, que provocaron pérdidas millonarias, una drástica reducción de la demanda, y a consecuencia de ello la clausura de muchas industrias y el despido de miles de trabajadores.
Sin lograr sobreponerse al impacto de un siglo y medio de industria pesada, la ciudad no fue capaz (como buena parte de la Valonia) de revertir los efectos negativos de la desindustrialización. Iniciando un período de estacamiento económico y de pérdida de población, que si bien ha sido paliado con toda clase de subsidios estatales, dura hasta el día de hoy. Sin haber nunca logrado reconvertirse productivamente. A diferencia de sus "hermanos" del norte, que de la crisis del fordismo salieron fortalecidos, gracias al desarrollo de las empresas de servicios y hoy en día constituyen el corazón de la economía belga, razón por la cual quieren abandonar (como si fuera un lastre) a quienes fueron sus espaldas, brazos y piernas, por largas décadas.
En la actualidad Charleroi es mostrada como una ciudad enfrentada a un importante degrado social, físico y ambiental con: importantes niveles de contaminación, altas tasas de desocupación y pocas perspectivas de futuro; la cual ha visto aumentar la presencia de bandas de delincuentes y narcotraficantes. Llegando a se promocionada como la "ciudad más fea del mundo".
Fotos:
n° 1 Industrias de Charleroi. Tim Freh http://www.flickr.com/photos/tim_freh/with/399916901/
n° 2 Vistas de las industrias desde el cementerio. Tim Freh http://timfreh.wordpress.com/2007/11/22/marchienne/
n° 3 Vista de una calle comercial de Charleroi. Meneer Dijk. http://www.flickr.com/photos/dijk/4228504405/
jodeeeeer q fuerte ,,,,,,,,,no??
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