por Juan Carlos Santa Cruz G.

En 2002 un grupo de investigación, reunido bajo el nombre "Shrinkingcities", se dio la tarea de identificar y estudiar estos lugares. Llegando a la conclusión que, entre 1950 y 2000, unas 350 ciudades con más de 100.000 habitantes: 59 en EE.UU, 27 en Gran Bretaña, 26 en Alemania y 23 en Italia; habían sufrido pérdidas de almenos el 10% de su población. Mientras que a partir de 1990 la misma suerte le ha tocado a 13 ciudades en Rusia, 22 en Ucrania, y 13 en Kazajstán. Llegando a afectar a casi un 25% de todas las grandes ciudades del mundo. Las principales razones que las explicarían serían: la desindustrialización de las economías avanzadas, el colapso del bloque soviético y la ocurrencia de guerras, catástrofes y epidemias.
Dicha realidad, aplicada a un país Sudamericano - por ejemplo Chile - parece ajena, extraña a sus procesos históricos, económicos y sociales. Toda vez que las crisis económicas tradicionalmente han impulsado la migración campo ciudad, incrementando el tamaño de la ciudades. Incluso cuando ocurrío el masivo cierre de fábricas y empresas en los años 70s y 80s, como consencuencia de los ajustes estructurales tendientes a reducir el tamaño del Estado, la crisis de la deuda de 1982 y la privatización de la mayor parte de las empresas públicas, las ciudades chilenas no dejaron de crecer. Aumentó el desempleo y la población de las grandes y medianas ciudades, las cuales se llenaron de personas en busca de trabajo. Que fueron vitales durante la recuperación de fines de los '80s y los años '90s.

Entre 1992 y 2010, un 6% de población, pero la decadencia de Lota es más económica y social, que demográfica. La crisis de Lota ha sido descrita solo como un ejemplo del ocaso de una company town minera, como han ocurrido varios en la historia de Chile: las oficinas salitreras, Sewell o Chuquicamata. Es decir, campamentos mineros que desaparecen cuando cierra la actividad minera, tal como está ocurriendo en El Salvador. Sin embargo Lota es mucho más que una "company town" carbonífera, de hecho a lo largo del siglo XX dejó de serlo. No era un "simple campamento", es y era una ciudad a todos sus efectos, si bien su economía dependía de la actividad minera, su sociedad se desarrolló mucho más allá.

La pregunta queda abierta, considerando que sus ciudades "vecinas" - vinculadas a la industria carbonífera - continuaron creciendo entre 1970 y 2002: Coronel (67%), Lebú (79%) y Curanilahue (96%),; ¿es posible considerar a Lota una ciudad en contracción?.
Imágenes
1° Leipzig, industrias abandonadas.
2° Lota, yacimiento de carbón abandonado. Foto: Juan Pablo Grau N.
3° Lota, detalle yacimiento de carbón abandonado. Foto: Juan Pablo Grau N.
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