por JcScG
En la primera cuenta pública que hizo Lagos como Presidente, el 21 de mayo de 2000, se invitó a las 4 principales ciudades de Chile(1) a pensar de qué manera les gustaría encarar el Bicentenario, específicamente, en lo relativo a su imagen urbana. Para ello se creó una comisión, el Directorio Ejecutivo de Obras del Bicentenario, que estaría encargada de seleccionar, patrocinar y promover las obras que se presentaran. Sin embargo, considernado que el presupuesto nacional no se asignó un financiamiento especial para la ejecución de obras, la función de dicha estructura consistiría en la coordinación de esfuerzos y voluntades, buscando vías de financiamiento, a través de la alianza de capitales públicos y privados.
En cada uno de las ciudades la idea del "Bicentenario" cuajó de modo diferente, mientras en Santiago terminó pasando relativamente desapercibido, con planes fallidos y obras inconclusas, más allá de algunas obras de vialidad; en Antofagasta, sirvió para cambiar la imagen del borde costero; mientras que en Concepción se entrecruzaron varios elementos, implícitos en la retórica que pretendía materializar en el espacio urbano el discurso del Bicentenario, dada la complejidad propia de la ciudad.
De acuerdo a una visión de largo plazo, en Concepción se pretendía construir lo que debería ser un polo del “centro histórico” del futuro, el Barrio Cívico. Adoptando con cierta flexibilidad una noción de centro histórico, según la cual serían “todos aquellos asentamientos humanos vivos, fuertemente condicionados por una estructura física proveniente del pasado, reconocibles como representativos de la evolución de un pueblo”(2). La construcción, ex novo, de todo un sector (entre la Estación de FF.CC y el río Bio-Bío), vendría a representar el anhelo de convertirse en una gran capital regional, respondiendo no solo a las necesidades del mundo actual, sino sobre todo dando un mensaje a la nuevas generaciones: “hagan de estos espacios un hito histórico del futuro”(3).
La facilidad de apostar a la posibilidad de construir el patrimonio del futuro, se basa en una realidad elocuente. Así como en Santiago es posible concebir las escasas obras coloniales y las levantadas en el siglo XIX y principios del siglo XX, como los hitos arquitectónicos y urbanísticos que retratan el paso de la historia por la ciudad, en el caso de Concepción, el único elemento que vincula a la ciudad con su pasado es el trazado (la grilla) del centro de la ciudad, que data de 1763, mientras la ciudad original (levantada en 1550) se perdió por completo. Pues la escasa presencia de edificaciones de tipo patrimonial y el nulo interés por proteger estudiar y presevar este escaso patrimonio, configuran un centro que no hace referencia a la historia de la ciudad y su gente, dejando abierta la posibilidad de construir de la nada lo uqe debiera transformarse en el patrimonio del futuro.
Tradicionalmente, se asume que la importancia del centro histórico de las ciudades está ligado al valor social que la población les asigna. Desde esta perspectiva, en ciudades como Concepción, que en un par de generaciones se han transformado a si mismas, sin conservar grades ataduras espaciales con el pasado, pareciera que la identificación se da más hacia la posibilidad de re-edificarse continuamente, que en la conservación del patrimonio existente.
Diseñar una y otra vez planes para cambiarle el rostro a la ciudad, esperando emprender alguna vez las obras "definitivas" que perdurarán en el tiempo y se transformarán, en 50 o 100 años más, en el patrimonio histórico de sus futuros habitantes. Es en esta posibilidad histórica, donde se alimentan las esperanzas de las autoridades e instituciones que dieron lugar a las obras que recibieron la categoría Bicentenario en el Gran Concepción. Pero sin considerar que, poco más de 100 años atrás, se hizo lo mismo siguiendo el ejemplo de Vicuña Mackenna, y que en los 40's la comisión de Reconstrucción y Auxilio, volvió a cambiarle la imagen urbana a la ciudad; y sin integrar
De acuerdo a una visión de largo plazo, en Concepción se pretendía construir lo que debería ser un polo del “centro histórico” del futuro, el Barrio Cívico. Adoptando con cierta flexibilidad una noción de centro histórico, según la cual serían “todos aquellos asentamientos humanos vivos, fuertemente condicionados por una estructura física proveniente del pasado, reconocibles como representativos de la evolución de un pueblo”(2). La construcción, ex novo, de todo un sector (entre la Estación de FF.CC y el río Bio-Bío), vendría a representar el anhelo de convertirse en una gran capital regional, respondiendo no solo a las necesidades del mundo actual, sino sobre todo dando un mensaje a la nuevas generaciones: “hagan de estos espacios un hito histórico del futuro”(3).
La facilidad de apostar a la posibilidad de construir el patrimonio del futuro, se basa en una realidad elocuente. Así como en Santiago es posible concebir las escasas obras coloniales y las levantadas en el siglo XIX y principios del siglo XX, como los hitos arquitectónicos y urbanísticos que retratan el paso de la historia por la ciudad, en el caso de Concepción, el único elemento que vincula a la ciudad con su pasado es el trazado (la grilla) del centro de la ciudad, que data de 1763, mientras la ciudad original (levantada en 1550) se perdió por completo. Pues la escasa presencia de edificaciones de tipo patrimonial y el nulo interés por proteger estudiar y presevar este escaso patrimonio, configuran un centro que no hace referencia a la historia de la ciudad y su gente, dejando abierta la posibilidad de construir de la nada lo uqe debiera transformarse en el patrimonio del futuro.
Tradicionalmente, se asume que la importancia del centro histórico de las ciudades está ligado al valor social que la población les asigna. Desde esta perspectiva, en ciudades como Concepción, que en un par de generaciones se han transformado a si mismas, sin conservar grades ataduras espaciales con el pasado, pareciera que la identificación se da más hacia la posibilidad de re-edificarse continuamente, que en la conservación del patrimonio existente.
Diseñar una y otra vez planes para cambiarle el rostro a la ciudad, esperando emprender alguna vez las obras "definitivas" que perdurarán en el tiempo y se transformarán, en 50 o 100 años más, en el patrimonio histórico de sus futuros habitantes. Es en esta posibilidad histórica, donde se alimentan las esperanzas de las autoridades e instituciones que dieron lugar a las obras que recibieron la categoría Bicentenario en el Gran Concepción. Pero sin considerar que, poco más de 100 años atrás, se hizo lo mismo siguiendo el ejemplo de Vicuña Mackenna, y que en los 40's la comisión de Reconstrucción y Auxilio, volvió a cambiarle la imagen urbana a la ciudad; y sin integrar
Considerando que el patrimonio construido es lo que vincula a las ciudades con su historia, la ausencia de precupación por su identificación y preservación, que deriva en una negligente degradación, deterioro y desaparición de edificios patrimoniales, deja un terreno libre para desarrollar toda clase de proyectos con una gran carga simbólica, como el proyecto Barrio Cívico, por ejemplo. Subyace a estos propósitos, la idea de rehacer periódicamente la ciudad, de volver a crearla dándole un nuevo significado.
En este caso particular, es posible señalar que los objetivos finales perseguidos por la Comisión Bicentenario, no decían relación con atender a los requerimientos de los actuales ciudadanos, sino por el contrario, la construcción de referentes identitarios para una población que no aún no existe.
En este caso particular, es posible señalar que los objetivos finales perseguidos por la Comisión Bicentenario, no decían relación con atender a los requerimientos de los actuales ciudadanos, sino por el contrario, la construcción de referentes identitarios para una población que no aún no existe.
Notas:
1.- Antofagasta, Santiago, Valparaíso y Concepción. Luego se haría extensiva a todas las ciudades con más de 75.000 habitantes.
2.- Hardoy, Jorge y dos Santos, Mario: “Impacto de la urbanización en los centros históricos latinoamericanos”, Proyecto Regional de Patrimonio Cultural y Desarrollo, PNUD / UNESCO, 1983. Cita del Documento final del “Coloquio de Quito”, 1977.
3.- Declaraciones de Jaime Tohá, Ministro de Obras Públicas entre 1998 y 2000, e Intendente de la Región del Bio-Bío entre 2000 y 2006, y 2008 y marzo de 2010.
Imágenes
1.- Remodelación de la Estación de Ferrocarriles de Concepción, convertida en sede del Gobierno Regional del Bio-Bío, nuevo Barrio Cívico.
2.- Foto aérea de la zona entre la antigua Estación de Ferrocarriles y el río Bio-Bío en Concepción, donde se construyó el Barrio Cívico.
3.- Declaraciones de Jaime Tohá, Ministro de Obras Públicas entre 1998 y 2000, e Intendente de la Región del Bio-Bío entre 2000 y 2006, y 2008 y marzo de 2010.
Imágenes
1.- Remodelación de la Estación de Ferrocarriles de Concepción, convertida en sede del Gobierno Regional del Bio-Bío, nuevo Barrio Cívico.
2.- Foto aérea de la zona entre la antigua Estación de Ferrocarriles y el río Bio-Bío en Concepción, donde se construyó el Barrio Cívico.
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