por JcScG
Siguiendo esta lógica, el Bicentenario de la República en Chile fue concebido por el Estado como una oportunidad de plasmar, en el espacio urbano, los frutos del modelo de modernización neoliberal, dando cuerpo a un proyecto de alcance nacional cuya misión era cambiar el “rostro” de las principales ciudades del país. En un marco de fronteras abiertas al libre trafico de bienes y servicios económicos, culturales, y hasta políticos, el Proyecto Bicentenario pretendía materializar, con obras de alto contenido simbólico, el cumplimiento de uno de los principales objetivos de los gobiernos chilenos de la fundación de la república, alcanzar el estándar de vida de los países mas industrializados o el anhelado desarrollo, situando al país en el umbral del “primer mundo.”
Desaprovechando la oportunidad de pensar colectivamente las ciudades, de plantear un futuro de ciudades sostenibles, con una amplia dotación de servicios (primarios, secundarios y suntuarios), con sociedades más robustas y plurales; se optó tan solo, por "cambiar la imagen" provinciana, con trazos modernistas, por una contemporánea, con grandes obras de ingeniería, un "skyline" más alto y nudos viales. Como si la ciudad fuese tan solo un escenario, cuya "escenografía" se puede cambiar periodicamente sin que genere ningún conflicto o bien, esperar la ocurrencia de un terremoto o calamidad que se haga cargo de demoler lo que hay.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario